Granada 2016: Palacio Nazaríes (II Parte).

Llegamos a “la joya de la corona” al patio de los Leones ubicado en el Palacio del mismo nombre. En este palacio se desarrollaba la vida familiar del sultán. Hoy podemos contemplar este hermoso lugar donde los sentidos toman una gran importancia por la exquisita arquitectura, su decoración, el ruido del agua fluyendo, la luz, sus formas geométricas y su color….

Tenemos la suerte que no hay mucha gente, y podemos disfrutar de esta galería de columnas a modo de claustro cristiano. Una parte esta de reformas, ya que podemos ver los obreros y sus andamios.

Llegamos a la sala de Abencerrajes, así denominada a partir del siglo XVI al atribuirle la tradición el poco riguroso escenario de sangrientas disputas cortesanas que acabarían con los principales miembros de esa familia norteafricana. Su cúpula es una maravilla, con su forma de estrella de ocho puntas, su diseño y su color gracias a la luz natural que se penetra por sus postigos.

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En el centro del patio tenemos la famosa fuente de Los Leones sobre los que descansa la gran taza de forma dodecágonal. Esta fuente, de mármol blanco, es una de las más importantes muestras de la escultura musulmana. En el borde de la taza, se encuentra esculpido un poema, considerándose el agua como un don del sultán que se derrama sobre sus leales súbditos, los doce leones agazapados que se aprestan a defenderle. Doce son los leones que componen esta hermosa fuente, del siglo XI.

Llegamos a la sala de Dos Hermanas, esta sala es la segunda residencia del palacio, es de semejante diseño a la anterior (Abencerrajes), se accede por una única puerta, y a continuación a la derecha e izquierda sendos corredores que nos llevan a las habitaciones de la planta superior.

El nombre lo recibe por las dos grandes losas de mármol, centradas por una fuentecilla que evacua por un canalillo al Patio de los Leones.

Llegamos al mirador de Daraxa, pasando por un arco de mocárabes llegamos al mirador de Lindaraja, denominación adaptada al castellano de al-'Ayn Dar Aisa, los «ojos de la casa de Aisa», pues en época nazarí era una atalaya abierta al paisaje, ante la que se extendía un jardín bajo.

Arriba tenemos el patio de la Reja, denominado así por el balcón de rejería que ocupa la parte superior. En el centro del patio encontramos otra fuente.

Visita al hermoso patio de la Lindajara, un hermoso jardín rodeado de una galería de columnas, con otra interesante fuente en el centro del patio.

Por último llegamos al Palacio del Partal, delante de la fachada encontramos una gran alberca. Donde podemos destacar la torre, conocida como la Torre de la Dama. En su pórtico podemos contemplar sus cinco arcos que se reflejan en el agua del estanque. Terminamos la visita de los Palacios Nazaríes. En la última imagen tenemos la iglesia de Santa María dentro de la Alhambra. Nos Leemos.