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Chile 2010. Visita a la Bodega Concha y Toro.

Día 2, domingo 29 de agosto 2010.
Hoy nos recogen a las 10 horas, por lo tanto no tenemos que madrugar y podemos desayunar de forma tranquila. Vamos hacia el valle del Río Maipo, hacia los viñedos de Concha y Toro. Nuestro guía es Marcos Funes (changa@btr.net), primer punto a favor, llega veinte minutos antes de la hora prevista.



El trayecto desde el hotel hasta los viñedos debe ser de una duración de unos 20 a 25 minutos, o más, sinceramente con la conversación que mantuvimos en el trayecto no tuvimos en cuenta el tiempo. Marcos nos explico todo lo que tenemos que saber del país, economía, educación, política y de los valores sociales, y de los viñedos por supuesto. Sin duda alguna ha sido para nosotros como una Wikipedia (enciclopedia en Internet). Varios temas me han impactado, primero el sistema educativo y el sistema de recaudación de impuestos, todos ellos deberían ser temas de estudio para otros países, porque por algo será que Chile sigue creciendo.


































Llegamos a los viñedos de Concha y Toro. Nuestra visita comienza con un vídeo donde nos explica el origen de estos viñedos. Luego pasamos a un jardín hasta llegar a la casona de los fundadores de estos viñedos, que actualmente se utilizan como oficinas. Luego seguimos hacia una de las plantaciones, donde podemos ver las cepas. Degustamos un vino blanco, y nos regalan las copas. Visitamos las bodegas, donde podemos contemplar los toneles de roble. Bajamos a otra bodega, un piso que está a no se cuantos metros bajo tierra. Por lo que nos comenta el guía esta si es la original, nos ponen una locución donde nos explica la leyenda del Casillero del Diablo. La comento de forma rápida, Don Melchor, el dueño, guardaba en este bodega al fondo en unos casilleros sus mejores vinos, para consumo propio. Sus vecinos sabían donde estaban esas botellas y por lo tanto las robaban. Él al ver que sus botellas desaparecían sin poder saber quién se las llevaba, y sabiendo lo temeroso y supersticioso que es el pueblo, hizo correr la voz que en su bodega moraba el mismo diablo y a partir de esos momentos sus vinos fueron intocables. Una vez terminada la visita catamos este vino, el Casillero del Diablo, muyyyyyyy bueno. Una vez terminada la visita volvemos al hotel. Marcos nos da algunos concejos y lugares que deberíamos visitar en nuestro tiempo libre.




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