India 2014: Aeropuerto de Khajuraho.
Nuestro vuelo hacia Vanarasi
sale a las 15:25 horas así que nos espera una mañana bastante relajada, o eso
pensábamos. Sobre las nueve nos fuimos a desayunar y luego paseamos por el
hotel. Aquí nos encontramos un grupo de venezolanos pesando las maletas en un
rincón en el hotel, nos acercamos y estuvimos hablando con ellos, para los
canarios Venezuela es considera la octava isla, ya que muchos de nuestros
paisanos emigraron a esa tierra. Hablando, hablando nos comenta que el peso de
las maletas en vuelos internos en la India es de 15Krgr., le comentamos que
teníamos entendido que era 20kgr. , nos comentan que estábamos equivocados, y
así nos lo confirma el guía del grupo. Así que tenemos el primer problema de
una mañana que debería ser tranquila.
Reviso la información de Abhishek y no veo nada sobre el límite de peso
en las maletas. Tenemos que volver a la habitación y comenzar a recolocar las
maletas para intentar lograr que el peso no sea mucho, ya que no vamos a cumplir
los 15kgr. Al final entre las dos maletas tenemos un peso de 35kgr, nos pasamos
5 kgr. A las 12 horas no recoge Bhupendra.
En unos cinco minutos llegamos al
aeropuerto, si tres horas y pico antes, ya que nos comenta que él tiene un largo
trayecto por delante antes de llegar a casa. Nos despedimos y le damos una
propina, merecida por mantenernos vivo en las carreteras indias, su comportamiento ha sido aceptable, en algún
momento ha pecado de soberbio.
Ahora toca contar la historia
del aeropuerto. Al tener muchas horas por delante, decidimos entrar y acomodarnos
en algún lugar para leer, pero que equivocados estábamos. Al entrar vemos que
somos los únicos pasajeros del aeropuerto todavía, que solamente está
planificado nuestro vuelo para el resto del día, así que buscamos unos asientos.
En pocos minutos se nos acerca un grupo de empleados que nos preguntan por el
peso de las maletas y le decimos que tiene unos 5 kilos de más, y nos informan
que por ese exceso de peso debemos pagar unas 1.300Rps. Le comentamos que de
acuerdo que no hay problema, y uno de ellos nos dice que nos puede dejar pasar
las maletas por unas 1.000Rps., le decimos que no, que preferimos más pagar a
la hora de facturar, ellos insisten, y nosotros también, al final le decimos
que no hablamos bien el inglés, y se van. Para nuestra sorpresa a los diez
minutos se nos vuelven acercar, ahora son más, todo esto con el aeropuerto totalmente
vacío de pasajeros. Ahora nos habla un chico en un español bastante aceptable,
nos cuenta de nuevo toda la historia y le repetimos que solamente vamos a pagar
en facturación y con su correspondiente factura, el ambiente se pone algo
tenso, después de varios minutos, que para nosotros fueron horas, comienzan a
llegar pasajeros, y el grupo de empleados nos dejan tranquilos.
A las 13:30 horas abren la
facturación pero antes tenemos que pasar las maletas por el control de
seguridad, si las maletas que vamos a facturar, bueno eso ya lo hemos vivido en
otros países. Una vez pasado el control
nos ponemos en la fila del único mostrador que está abierto para facturar,
delante de nosotros van dos chicas italianas. Nuestra sorpresa es que el
empleado encargado de facturar es el cabecilla del grupo que nos estuvo acosando
hace una hora. Ya hemos visto como se las gastan con un grupo de españoles que
iban al principio de la fila, les han
hecho salirse de la cola para que
reorganizasen el peso de las maletas
porque ellos le decían que no tenían tanto dinero para pagar la cantidad que le
pedían.
Cuando le toca el turno de
las chicas italianas, podemos comprobar que las maletas superan el peso limite
en unos siete kilos, después de unas sonrisas y algunas palabras, él le da las
tarjetas de embargue sin tener que pagar un duro extra.
Nos toca a nosotros, a
vernos se ríe y nos pide directamente las 1.000Rps., con nuestro pasaportes en
la mano y señalando la pantalla donde se muestra los kilos de las maletas,
vuelve a insistir, yo le comento que de acuerdo pero que quiero factura, me
levantó la voz con un “No y que debo pagar”, yo le digo que “Sí” también en
alto, “pero que quiero factura”. Como no me bajo del burro, él llama a un chico
y le dá los pasaportes y las tarjetas de embargue. El chico nos dice que le
sigamos. Pasamos por la zona donde nos habíamos sentado cuando llegamos y allí
estaba el grupo de españoles reorganizando las maletas con un cabreo
monumental, cruzamos unas palabras y nos cometan que están aligerando la maleta
para no pagar tantos, nosotros le comentamos que las nuestra ya no se pueden
aligerar más y que nos llevan algún sitio a pagar. A los pocos metros nos dejan
en una habitación donde otro chico nos prepara la factura, le pagamos los 1.300Rps,
y nos da los pasaportes y las tarjetas de embargue. Aprovecho entonces para
decirle que por qué motivo a todos los turistas no se nos tratan igual y porque algunos pagan correctamente,
otros no y otros ni pagan. El chico se pone nervioso y me comenta que eso no es
así, yo también algo nervioso y ya en una mezcla entre español e inglés le
comento que sí es así, y comienza a enseñarme facturas y le comento que me
enseñe algunas con la fecha de hoy, a eso me invita a irme de la habitación y
me desea un feliz vuelo.
Aún falta pasar el control
de seguridad, otra sorpresa más, dos filas una para mujeres y otra para hombres. Te
revisan hasta las muelas, es un control muy exagerado, te hacen sacar todo del
bolso, te vuelven a revisar, y después de unos minutos que parecen una eternidad
te dejan pasar a la sala de espera.
Después de la tormenta viene
la calma, una vez en la sala de espera conocemos una pareja de chicos que nos
comentan que llevan una semana en la India y habían pedido a su agencia que les
sacaran del país, por lo visto lo han pasado mal, pero al final han decidido
terminar el viaje ya que se van a Nepal. La salida del vuelo es puntual y las
16:45 horas llegamos a Vanarasi. Nos
leemos. Día 19, sábado, 20 de septiembre de 2014.
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