India 2014: Tarde en Udaipur.
Después de la visita al Palacio de la
Ciudad, nos comentan el guía y el chofer si queremos visitar la zona donde
están los coches del marajá y luego ir a almorzar. Le comentamos que no, que
damos por terminado las visitas por hoy, que tampoco nos interesa visitar el jardín
que teníamos previsto para la tarde. Que nos lleven a la zona antigua de la
ciudad, que se nos apetece pasar el resto del día por libre, ellos insisten en
que no, que vamos a comer y luego vamos a la ciudad antigua, me pongo en mi
sitio e Inma con más tranquilidad le explica que no, que no pasa nada que
queremos estar solos y visitar la zona por nuestra cuenta. Después de unos
minutos lo entienden y nos dejan en la ciudad antigua. Nos dejan en la misma
entrada de la ciudad vieja, cerca del lago. Nuestra primera parada es una
tienda donde hay unos ordenadores para conectarse a Internet, aun precio
razonable. Pero lo que nos llamo la atención es el cambio del Euro a 78 Rps,
uno de los mejores cambios que hemos conseguido en nuestro viaje, así que
aprovechamos.
Paseamos por la calles y nos acercamos a
unos de los ghat, donde vemos a varias personas con sus rituales, unos niños bañándose
y varias vacas sagradas. Hasta aquí nos acompaño un hombre en bicicleta que le
estaba haciendo el corazón a estilo “Di María” a Inma, y le decía “I love you”.
Me tuve que poner serio y desapareció.
Cerca tenemos Bagore Ki Haveli que tiene dentro un pequeño museo, está casi
en frente del Café Edelweis, muy visitado por los turistas. Nosotros seguimos
en busca del restaurante que ya teníamos en mente para almorzar.
Después de varias vueltas, pasar por varias calles
estrechas, tiendas y preguntar, encontramos el restaurante Rainbow. Somos los únicos que estamos en el
restaurante, como empieza a llover, nos movemos hacia la parte donde menos nos
mojamos. Pedimos varios platos típicos de
la zona y unas cervezas bien frías, aunque llueve la humedad es alta. La comida
es buena y el servicio también. El restaurante está en una azotea con vistas al
lago y al hotel de mármol blanco, aunque llueve el sitio tiene buenas vistas. El
restaurante tiene wifi gratis.
Durante el almuerzo entra un señor, es hindú, pero viste más
a lo occidental, se sienta y pide agua,
se pone a hablar por teléfono y le dice a alguien donde se encuentra, todo esto
en inglés. Nos dirige varias veces la palabra y nos enseña un libro donde tiene
una dedicatoria de un español, y nos comenta que es fotógrafo catalán famoso. En
el buen rato que estuvimos allí no llego nadie y no comió nada, un personaje
misterioso.
Aprovechamos que ha dejado de llover,
para salir del restaurante y dirigirnos hacia el hotel. En el camino paramos Jheen- Ginger Café, nos gusto la decoración y
nos habíamos fijado en este local cuando visitábamos el lago en barca, ya que
la terraza que tiene hacia el lago estaba inundada. Nos pedimos un frappé un
café que probamos mucho en nuestro viaje por Grecia, tiene unos deliciosos dulces pero acabamos de almorzar.
Luego volvimos al hotel caminando, unos
15 minutos. Son las cuatro de la tarde y decidimos descansar en la habitación
hasta la noche. Nos leemos. Día 11, viernes, 12 de septiembre de 2014.
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