Galicia 2010: Lugo.

Viernes, 14 de mayo de 2010.

Nuestro segundo día en tierras gallegas. Después de desayunar ponemos rumbo a Lugo. Día muy lluvioso el que vamos a tener hoy. Calles mojadas y una llovizna nos reciben en esta ciudad. Es la segunda vez que estamos, hace ya muchos años de nuestra primera visita. Lo primero que vemos una vez que nos bajamos de la guagua (autobús) es su muralla, de la época romana, construida a finales del siglo III y principios del IV. La muralla, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.

Comenzamos a caminar por las calles de la ciudad hasta llegar al Museo Provincial, situado en la plaza de Soidade, tenemos que hacer uso de los paraguas por el camino. Dicho museo está construido en el antiguo convento de los Franciscanos. Cuenta con 32 salas, donde podemos ver mosaicos, orfebrería, colección de maquetas y una cocina conventual, piezas romanas, sarcófagos, etc.

Una vez realizada la visita, nos dirigimos hacia la Catedral de Santa María. Construida en el año 1129, obra original románica, pero se realizaron reformas en el siglo XIV, de estilo gótico. La Puerta norte, habitual entrada en el templo, es de estilo románico y está r
esguardada por un pórtico gótico. La Capilla de la Virgen de los Ojos Grandes, primera patrona de Lugo, fue construida entre 1726 y 1734. Contiene una imagen medieval en alabastro de la Virgen, envuelta en el esplendor barroco que le supo dar a la capilla el genial arquitecto y gran escultor de retablos Miguel de Romai.

Seguimos rumbo hacia la Plaza Mayor, donde se encuentra el Ayuntamiento, considerada una de las obras más importantes del barroco civil gallego. Aquí tenemos tiempo libre para pasear por las calles, y como no, entrar en las tiendas. Bueno nuestra primera parada es conseguir un paragua para Marcelo. Una vez realizada la compra nos vamos a tomar un café. Nos acercamos a la Plaza Mayor, a tomar café en un local que nos había recomendado la guía, Carmela. El local es el Café del Centro, fundado en 1903. Continuamos con nuestra visita por la ciudad, sigue lloviendo. Así que nos vamos de tiendas. Cuando deja de llover aprovechamos para subir a la muralla y sacar algunas fotos. Es hora de almorzar, el restaurante está muy cerca, a dos pasos de la puerta de la muralla por donde comenzamos la visita.

En el restaurante ya nos esperaban, la impresión que nos da a primera vista es de un local preparado para comida para grupo, pero en pocos minutos podemos comprobar que son unos grandes profesionales. Cuando el ambiente es el adecuado, la comida buena, el postre, tarta de Santiago y café, pues nosotros le agradecemos el trato con unas canciones canarias, y así que todo el grupo se pone en marcha y comienza el cante y el sonido de los cubiertos contra las copas, haciendo de instrumentos improvisados. La verdad que para hacer la digestión que mejor que una buena parranda.