Siria 2009: Damasco, II Parte.
Lunes, 31 de agosto de 2009. II Parte.
Nos encontramos visitando esta impresionante y enorme mezquita, nos tomamos nuestro tiempo para poder visitar y contemplar con tranquilidad esta maravillosa mezquita. Son las dos y media, acabamos de salir de la mezquita, entregamos las tĆŗnicas (que bien te quedaba esa especie de falda, Felipe) y nos ponemos los zapatos. Es hora de almorzar, el guĆa nos comenta que tiene un restaurante reservado y si vamos a ir todos, bueno comienza el lĆo de los almuerzos, sinceramente no me gusta, casi nunca, que me lleven a sitios predeterminados con antelaciĆ³n, opino que se come mal y es mĆ”s caro. AsĆ que Beatriz, JosĆ©, Inma y yo le comentamos al guĆa que no vamos con el grupo, tambiĆ©n Cristina, Ainara y Virginia le comentan lo mismo, asĆ que nos dice que tenemos una hora y cuarto para comer o lo que queramos hacer y que nos vemos en un callejĆ³n que estĆ” a un lado de la mezquita. Sin pensarlo buscamos un lugar para almorzar, muy cerca del callejĆ³n encontramos un restaurante con buena pinta, estĆ” ubicado en un pequeƱo palacio o una impresionante casa con un patio en el centro, la verdad que es muy bonito. El servicio es algo lento, un solo camarero, pero es bueno y comemos de lujo, sobre el postre que nos puso un plato que ahora no recuerdo el nombre que estaba para chuparse los dedos, bueno nada de cerveza, ya que no sirven nada con alcohol. Con la barriga contenta y con la cartera casi llena, porque la comida aquĆ en Damasco no es nada cara, nos dirigimos al punto de encuentro. Ya estaban las chicas esperando pero el guĆa llego algo mĆ”s tarde y nos comento que el resto del grupo no habĆa terminado de almorzar, comieron en un bufĆ© y mĆ”s caro.
Nos encontramos visitando esta impresionante y enorme mezquita, nos tomamos nuestro tiempo para poder visitar y contemplar con tranquilidad esta maravillosa mezquita. Son las dos y media, acabamos de salir de la mezquita, entregamos las tĆŗnicas (que bien te quedaba esa especie de falda, Felipe) y nos ponemos los zapatos. Es hora de almorzar, el guĆa nos comenta que tiene un restaurante reservado y si vamos a ir todos, bueno comienza el lĆo de los almuerzos, sinceramente no me gusta, casi nunca, que me lleven a sitios predeterminados con antelaciĆ³n, opino que se come mal y es mĆ”s caro. AsĆ que Beatriz, JosĆ©, Inma y yo le comentamos al guĆa que no vamos con el grupo, tambiĆ©n Cristina, Ainara y Virginia le comentan lo mismo, asĆ que nos dice que tenemos una hora y cuarto para comer o lo que queramos hacer y que nos vemos en un callejĆ³n que estĆ” a un lado de la mezquita. Sin pensarlo buscamos un lugar para almorzar, muy cerca del callejĆ³n encontramos un restaurante con buena pinta, estĆ” ubicado en un pequeƱo palacio o una impresionante casa con un patio en el centro, la verdad que es muy bonito. El servicio es algo lento, un solo camarero, pero es bueno y comemos de lujo, sobre el postre que nos puso un plato que ahora no recuerdo el nombre que estaba para chuparse los dedos, bueno nada de cerveza, ya que no sirven nada con alcohol. Con la barriga contenta y con la cartera casi llena, porque la comida aquĆ en Damasco no es nada cara, nos dirigimos al punto de encuentro. Ya estaban las chicas esperando pero el guĆa llego algo mĆ”s tarde y nos comento que el resto del grupo no habĆa terminado de almorzar, comieron en un bufĆ© y mĆ”s caro.
Palacio Azem. Clic en Leer mƔs para seguir leyendo.
Nos dirigimos hacia el Palacio Azem. Este palacio de arquitectura civil de Damasco, contiene unas bonitas fuentes y un museo de arte y tradiciones populares, en cada habitaciĆ³n del dicho palacio se muestra con maniquĆes, acciones de la vida cotidiana de esa Ć©poca. Nos tomamos nuestro tiempo para visitar cada estancia, y sacar fotos de sus fuentes. Una vez terminada la visita, volvemos a cruzar el mercado cubierto y nos dirigimos hacia el barrio cristiano. DespuĆ©s de recorrer pequeƱas calles, donde podemos contemplar en algunos lugares pequeƱos santuarios con alguna virgen en su interior. Llegamos a la capilla de San Ananias. Se encuentra en la parte vieja del barrio cristiano, el paseo hasta llegar a esta capilla es muy bonito. Es un capilla pequeƱa por donde se dice que, una noche, los discĆpulos ayudaron al apĆ³stol San Pablo a salir por una ventana y huir de los judĆos. Una vez terminada la visita el guĆa nos comenta que se acabo el tour por hoy, y tenemos la opciĆ³n de volver en autobĆŗs al hotel o quedarnos en la ciudad, y visitarla por libre. ContinuarĆ”……………. Que se me olvidaba cuando Ćbamos de camino hacia la capilla, nos paramos en una pequeƱa tienda a comprar, JosĆ©; Antonio; Beatriz; Inma y yo, bueno compramos agua y Beatriz una cerveza, aquĆ viene el problema, el chico no tenia saca tapa, pues comienza la odisea, comienza a dar voces llamando a los vecinos y amigos preguntĆ”ndole si tenĆan algo para abrir la cerveza, el ancho de la calle serĆa de unos 2 metros y medio asĆ que todos los vecinos los oyeron uno bajo le preguntĆ³ y volviĆ³ a subir, otro tambiĆ©n llego a la tienda, mientras Antonio empeƱado en pegarle los dientes a la chapa, el chico le decĆa que no, Beatriz y Antonio, le enseƱaba con se dice botella de agua en castellano. La verdad que la escena era de pelĆcula, pero al final llego el saca tapa, asĆ que se nos hizo tarde y cuando llegamos a la capilla, el guĆa estaba esperando por nosotros para comenzar la explicaciĆ³n, la cara lo decĆa todo, pero una cerveza merece todas las malas caras de este mundo, o no queridos lectores.
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