Japón 2015: Mercado de Tsukiji.
Jueves 10 de
septiembre de 2015. Día 4. Nos levantamos a las 2 de la madrugada, gracias al
Jet lag , no notamos que el madrugón, por este motivo y gracias a los consejos
de algunos viajeros hemos aprovechado los primeros de días de nuestra estancia en el país para planificar nuestra visita al mercado de pescado de Tsukiji, para ver las
famosas subastas de atunes que tantas veces hemos visto por la televisión. La noche anterior habíamos reservado con la
ayuda de los recepcionistas del hotel un taxi para la visita de hoy. Nos recogen a las 3,
un taxista con guantes blanco se apea de su taxi para invitarnos a entrar al
vehículo, puntualidad y modales japoneses.
El recorrido
dura unos quince minutos, precio de la carrera ¥3.030. Creo que el taxista no
suele hacer mucho este recorrido porque después de preguntar nos deja en la
puerta contraria. Así que tenemos que caminar unos 15 minutos, algo perdido por
el gran mercado, poco a poco se nos fue incorporando dos parejas más. Entre los seis intentamos dar con el sitio
donde comienza la visita, preguntamos varias veces y cada empleado del mercado nos
daba indicaciones diferentes, pero al mismo tiempo veíamos el ir y venir de los
empleados.
A las tres y
media de la madrugada damos con la oficina, estamos en el primer grupo de 60
personas. Se forman dos grupos, un total de 120 personas pueden realizar la
visita. Con nuestro chaleco de color verde que identifica al primer grupo,
tenemos programada la entrada a las 5:25 horas, pues sí todo una espera de casi
dos horas. Donde la gente habla entre si, desayunan, los que tienen conexión a Internet en su móvil, pues navegan y otros leen. El segundo grupo tiene chaleco azul y entran a
las 5:40 horas.
Comenzamos a
salir de la oficina, varios guardas nos dirigen hacia la zona donde se va a
llevar a cabo la subasta, tenemos que tener mucho cuidado con el tráfico.
Estamos en el mayor mercado de pescado del mundo donde se intercambian más de
2.000 toneladas de productos marinos cada día, siete veces más que el mercado
de Rungis en Paris y once veces más que el mercado de pescado de Fulton en
Nueva York. Llegamos a la zona donde se realiza la subasta. Vemos el ir y venir de los compradores, con linterna y un pincho en
mano, así como los vendedores con sus libretas en mano. Estuvimos unos 25 minutos donde
pudimos contemplar todo el negocio que genera el atún. No se permite salir de
la zona designada ni usar flashes para tomar fotos. Entrada gratis y los domingos cerrados.
Después de la
visita nos vamos a uno de los restaurantes a desayunar, por supuesto sushi. En uno
de los más restaurantes más famosos de la zona la cola daba la vuelta a la
esquina, al final encontramos uno que estaba bastante bien.
Luego, después de preguntar a un señor, que fue a su oficina a buscar un mapa, nos
indicó donde se encontraba la estación de tren para regresar a Ueno, caminamos un buen rato hasta dicha estación donde usamos el JR Pass para regresar. Nos
leemos.
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