Grecia 2013: Micenas.
Después de varias vueltas
encontramos una de las carreteras que nos señalaba Mandy (GPS) para
incorporarnos a la autovía que nos va a llevar a Micenas. Tardamos unos 40
minutos en llegar a nuestro destino. La calle principal de la nueva Micenas es
la carretera que nos lleva hacia la antigua Micenas, a 2 km., en esta calle
están ubicados todos los restaurantes y alojamientos de la zona. Primero nos desviamos y damos una vuelta por
el pequeño pueblo.
Llegamos al aparcamiento del
yacimiento arqueológico, ya estamos en la Antigua Micenas. La entrada cuesta
8€. Primero algo de historia y mito antes de comenzar la visita: Según la
mitología la ciudad fue fundada por Perseo, hijo del dios Zeus y la mortal
Danae que construyó con ayuda de los cíclopes las murallas de la ciudad con
enormes bloques de piedra que por eso se denominan ciclópeas. Historia: Los
micénicos o aqueos, fueron el primer pueblo propiamente griego que se
estableció en Grecia. Sus gestas fueron contadas por Homero en la Iliada y la
Odisea. Eran un pueblo guerrero, aunque amante de las artes, que vivía en
fortalezas situadas en acrópolis amuralladas.
Una vez pagada la entrada subimos
una pequeña rampla, a la izquierda se encuentra la bajada hacia el museo, pero
viendo la cantidad de gente que se aproxima, decidimos seguir hacia la
ciudadela. La puerta principal de la ciudad se denomina la Puerta de los
Leones, debido a las dos leonas esculpidas en el tímpano triangular de piedra
que representaban el poder micénico. La puerta y los muros están edificados con
grandes bloques de piedra, esta zona me recuerdas a las piedras que vimos en
Cuzco, Perú.
Una vez dentro de la ciudadela
a la derecha tenemos el círculo
funerario, tumbas reales. Con un diámetro de 26,5 metros delimitado con grandes
losas verticales encontramos varias tumbas del siglo XVI a. C., donde se
encontró una máscara funeraria (la podemos ver en el museo, primero se pensó que
era del rey Agamenón pero era de un rey anterior) y varias joyas.
Por el camino vemos los restos de
grupos de casas. Llegamos al Palacio de Agamenón, ubicado en el centro de la
ciudadela. Construido en torno a un gran patio. Hoy en día muy poco podemos
contemplar de este palacio, podemos ver que ocupa un gran espacio y tenía unas
grandes vistas. Podemos ver restos de
donde estaba el “Megaron”, es la sala de recepción. También podemos ver donde
estaba ubicada la sala del trono.
Luego paseamos por los restos de
otras construcciones como la “Casa de las Columnas”, “Edificio Deltas”,
“Edificio Gamma”, etc. Llegamos hasta la puerta del Postigo, por la que se
escapó Orestes tras asesinar a su madre.
Luego llegamos a una oscura
entrada que nos permite ver la cisterna secreta. Terminamos la visita caminando
por el límite de la ciudadela.
Incluida en la entrada tenemos la
vista al Tesoro de Atreo o tumba de Agamenón. Un corredor de unos 40 km.
(llamado dromo) de largo nos lleva a esta inmensa cámara funeraria (tholos) con
forma de panal. La verdad que es una construcción que impresiona a primera
vista pero una vez dentro te deja aún más sorprendido.
Nos dirigimos hacia la calle
principal de la ciudad para almorzar ya que cuando salimos en el parabrisas del
coche tenemos publicidad de un restaurante con unos buenos precios. Almorzamos
en la Taberna Mycinaiko, donde pedimos los menús que habíamos visto en el
folleto que nos dejaron en el coche cuando visitábamos el yacimiento
arqueológico. Nuestro menú fue ensalada griega, souvlaki de pollo de segundo y yogur
griego con miel de postre, con unas cervecitas, todo por 20€ la pareja. Restaurante
atendido por un matrimonio, eso aparenta, la comida es buena, y casera. El
servicio se toma su tiempo pero no tuvimos que esperar mucho tiempo. Nos
pusimos en la terraza, nos permite ver pasar a la gente y corre más aire.
Aparcamiento privado y con wifi gratuita. Nos leemos. Día 4 – Viernes, 6 de
septiembre de 2013.-
No hay comentarios