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Chile 2010. Isla Negra y La Sebastiana.

Día 4, martes 31 de agosto 2010. I Parte.
Salimos a las 8:30 horas hacia Isla Negra, El Quisco. El conductor (motorista) es Mario, y el guía es Luis, el poeta. Nosotros cuatro partimos hacia la tercera casa del poeta y Premio Nobel chileno Pablo Neruda. Vamos por una carretera segundaria, y pasamos por Algarrobo una zona muy bonita. Somos los primeros en realizar la visita a la casa, son las 10 de la mañana.




Esta casa fue comprada por el poeta en 1939, y fue la más querida por el matrimonio, es donde más objetos podemos ver. Lo primero que podemos observar es la locomotora que esta en el jardín, ya que a su padre le gustaba los trenes. Una vez más quedamos sorprendidos por el comedor, sus vistas hacia el océano Pacífico, y todos los objetos que podemos observar. Resumiendo podemos encontrar miles de objetos, figuras de Isla de Pascua, China, Asia, mascarones de proa y popa, instrumentos musicales orientales, colección de conchas, botellas, mosaico realizado por una artista chilena, instrumentos de navegación, y un caballo que compro porque de pequeño siempre lo había visto en una tienda como reclamo publicitario, en Temuco.




El baño, que solamente podían usar los hombres, porque había revistas de la época de mujeres. Su dormitorio donde la cama esta dispuesta de tal forma que salía el sol por su cabeza y se ponía por sus pies. Con unas impresionantes vista hacia el océano. La nota la pone las chicas que ayudaban a Matilde a limpiar la casa porque siempre le movían la cama porque estaba inclinada, y él cansado de esta moviendo su posición mando hacer un pequeño mueble que fijase la cama y no se la pudiesen mover, y siempre tuviese la inclinación adecuada con el sol. En esta misma habitación (pieza) avistó en el mar un tronco (en su mesa de noche siempre tenía su catalejo, aún está en el mismo lugar), y sobre la marcha despertó a Matilde y le dijo “Hay viene mi escritorio”. Ese tronco al final fue su escritorio y lo podemos observar en la visita.


Una vez acabada la visita salimos al jardín, y podemos ver el bar, con muchos objetos y los nombres de sus amigos escritos en sus vigas. En el exterior de la casa también tiene unas campanas que tocaba cuando llegaba a la casa, para avisar a sus vecinos. También podemos contemplar el barco en el que subía, que está al lado de las campanas, y donde comentaba que “no era necesario navegar para marearse”. Por último visitamos la tumba del matrimonio, Pablo y Matilde, donde fueron enterrados muchos años después de su muerte. Volvemos a Valparaíso.
Nos quedamos en la casa de La Sebastina (su nombre es debido al arquitecto que la diseño fue Sebastian, y como al poeta le gustaban las mujeres le puso dicho nombre), vamos a visitar esta tercera casa del poeta ubicada en Valparaíso.




La visita es diferente al resto que hemos visto, aquí es por libre, y vas escuchando las explicaciones mediante un audífono. Dejamos las mochilas en las taquillas, y entramos en la parte nueva de la casa, realizada por la fundación, donde nos dan dicho audífono. Luego accedemos por una escalera a la vivienda, primero una pequeña estancia donde recibía a sus visitas. Subimos al siguiente piso donde encontramos el salón y el comedor, con muchos objetos más (cuadros, figuras, etc…), como en las demás casas que ya hemos visitado. También encontramos el bar, donde lo que más no llamo la atención es el baño, cuya puerta era de tiras, dejando ver todo su interior, donde el poeta decía “él que no tenga pudor que pase”. 

 

Lo espectacular de este salón son sus vistas a la bahía, donde el poeta llevaba acabo sus fiestas de Fin de Año, ya que en ese día tiene lugar un impresionante espectáculo de fuegos artificiales. En esta habitación (pieza) podemos encontrar el sillón, que el llamaba “la nube”, donde le gustaba pasar horas y horas contemplando la ciudad y escribiendo. En el siguiente piso tenemos el dormitorio, con dos baños, una para Matilde y otro para él, porque se quejaba de que su mujer se demoraba mucho en arreglarse. Una vez más dicho dormitorio tiene unas vistas impresionantes. En el último piso está su escritorio, con nuevas vistas de la zona y muchos objetos más de su colección, con un mapa mundi de algunos siglos atrás. Nos leemos.





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