Jordania 2009. Petra III Parte.
Miércoles, 9 de septiembre de 2009.
Desde este punto comienza la subida hacia El Deir, conocido como El Monasterio. Podemos realizar el camino de dos formas subido en un burro o a pie, nosotros decidimos ir a pie. Una subida desde unos 800 a unos1000 escalones, es imponente, cuesta, es dura pero merece la pena, por el camino tienes pequeños puestos de todo tipo y algunas vistas bonitas de la zona. En la subida te encuentras con turistas subiendo, bajando, burros y vendedores. Al ir subiendo a nuestro ritmo, sin ninguna prisa nos podemos permitir pararnos y hablar o intentar comunicarnos con los vendedores, Bea hizo muchas migas con una niña.
Lo impresionante después de una subida de unos 45 minutos, más o menos, cuando llegas no ves directamente El Monasterio, ya que esta a tu derecha, y cuando giras y lo ves, impresiona tanto como El Tesoro. Data del siglo II, sus dimensiones sobrecogen, 45 metros de alto y 50 de ancho, para subir a la puerta tuve que escalar, y luego saltar. Después de sacar las fotos de rigor, nos tomamos un descanso, con un refrigerio y un plátano, en una cómoda terraza que se encuentra enfrente mismo de El Monasterio.
Primero visitamos el Neguev, desde este punto tenemos una vista del valle, un panorama para no perdérselo. A cinco minutos del Deir, en el extremo del macizo montañoso, alcanzarás el punto más alto de la Araba, esta atalaya rocosa ofrece una vista única del valle de la Araba, en este lugar en una pequeña tienda encontramos a un señor sentado tocando un instrumento típico de la zona, con incienso y té, la verdad que daba ganas a pasar unas horas en ese lugar. Nos ha impresionado un señor mayor que subía con nosotros, japonés, luego Cristina le pregunta la edad y si no me falla la memoria dijo unos 70 – 72 años, que física y ganas. Bueno las vistas son para no perdérselas. Una vez terminada la visita, comienza la bajada. Muchas más tranquila y cómoda, tenemos que tener cuidado con algunas zonas donde resbala más de la cuenta, por el resto todo bien.
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