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Yucatán 2016: Bacalar.

Nos despedimos de Xpujil a las 9:45 horas, pero a la salida del pueblo no esperaba un control militar donde nos revisaron todas las maletas, después de comprobar que todo estaba bien, seguimos ruta hacia Bacalar. Muchos turistas prefieren pasar unos días de relax en lugares como Puerto del Carmen, Cancún y algunas islas de los alrededores, lo cual no está mal, pero nosotros como viajeros buscamos algo más tranquilo fuera de la ruta de los turoperadores así que hemos elegido la Laguna de Bacalar, también conocida con la “laguna de los siete colores”.






Bacalar, es un pequeño pueblo de pescadores que se encuentra al pie de la laguna del mismo nombre, este pueblo ya existe desde la época maya. La parte alta del pueblo te permite desde el Fuerte San Felipe tener unas buenas vistas de la zona y al mismo tiempo conocer la vida diaria de los locales, ya que alrededor de la plaza los locales se reúnen a última hora del día para hablar y dejarse ver. Aquí se encuentra el centro del pueblo porque también encontramos: tiendas, cafetería y restaurantes. Nuestra estancia en este pueblo será de dos noches.


Sobre la comida, decir que fuimos almorzar al restaurante La Playita, que se encuentra muy cerca de la laguna y de nuestro alojamiento. Fuimos dos veces a almorzar, la pimera vez muy buen servicio y comida, pero la segunda bajo, los nachos no llegaron, y la comida, sobre todo el plato de La Caldera, no estuvo a la altura esperada. Las dos veces fueron días consecutivos. Nos vamos con una sensación de que falta algo, pero merece una visita y probar sus platos. El ambiente y la zona es muy buena. La cena la dejamos para un local que está en el pueblo La Pizzeria Bertilla. Las dos noches que fuimos cenamos muy bien, queríamos cambiar de gastronomía y encontramos este local italiano, donde la dueña es italiana, y eso se nota en los platos. Buena calidad y cantidad. El servicio muy correcto. También estuvimos en el Mango y Chile, que se encuentra en el fuerte, pero este caso no fue para comer sino para tomar un té y relajarnos con las vistas. Su especialidad son las hamburguesas y los tacos veganos. Y muchas más posibilidades que hay en Bacalar pero estas fueron nuestras preferencias.


Nuestro alojamiento fue la Casita Carolina, todo un acierto. Hemos pasado dos noches en un sitio de ensueño, puro relax. El lugar es de esos que vemos en las postales, y siempre decimos "quien pudiera ir". Los empleados muy amables y siempre con ganas de ayudar. Tienes restaurante, tiendas, como ya hemos contado anteriormente, a pocos minutos caminando. Wifi y aparcamiento, desayuno sólo café. El único pero, en la habitación que elegimos la Palapa faltaría aire acondicionado, creo que por sus características algo difícil.







Podríamos haber hecho alguna actividad deportiva, bueno hicimos snorkel, pero nosotros lo teníamos claro, aquí veníamos a relajarnos, así que las horas las hemos pasado leyendo, oyendo música, bañándonos y observando la naturaleza, que estos colores te transportan a un estado de Relax Total. También aprovechamos para hablar con empleados, que conocen bien la vida de la zona, donde nos contaros sus experiencias en la "Vida" y nosotros le contamos las nuestras.





Nada más que decir, que la magia del lugar nos ha seducido y sobre todo hemos recuperado fuerzas para el tramo final del viaje, Nos Leemos.


Buscar alojamiento cerca de la laguna aunque es más caro merece la pena, en este alojamiento también existía la posibilidad de solamente pasar el día en el jardín o alojarse en una de las dos caravanas que había el jardín. Salir por la noche al pueblo a pasear, tomar algo y ver la vida cotidiana de la zona.



Entrada en memoria de nuestra suegra y madre, Juana Melián Rivero, siempre te llevaremos en nuestra maleta.

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